
La línea invisible
Justo donde acaba San Félix y empieza el límite sur del área Cartagena, alguien dibujó una línea blanca sobre el camino. Al principio parecía una gamberrada. Pero en los días siguientes, todos los animales callejeros del barrio dejaron de cruzarla. Y las gaviotas… simplemente no volaban sobre ella. Nadie ha dado una explicación. Un niño dijo haber visto a una gaviota pararse en seco justo al llegar, dar media vuelta y gritar como si alguien le hubiera hablado al oído. Desde veredasanfelix lo registramos como “Evento Línea 3”. Forma parte del archivo de sucesos aún sin resolver.
Ver ubicaciónDías de ataque
Durante semanas, e incluso meses, las gaviotas cambiaron su comportamiento conmigo.
No era casualidad, ni una reacción puntual. Me atacaban al salir, al pasear, incluso al estar quieto.
Intenté buscar patrones, horarios, explicaciones. Pero lo único que se repetía era la insistencia. Una conducta que no encajaba con lo conocido.
Estos hechos están registrados. No como ficción. Sino como parte de una experiencia real, documentada desde veredasanfelix.
Ver archivo del ataqueEl patrón que no existe
Intenté encontrar una lógica. Un motivo. Algo que explicara por qué las gaviotas me atacaban solo a mí.
Revisé horarios, rutas, sonidos, incluso ropa. Nada se repetía salvo una cosa: siempre sabían dónde estaba.
No hubo provocación, ni alimento, ni comportamiento que lo justificara. Cambié de recorrido. Volvieron a encontrarme.
Lo registré todo. A veces en vídeo, otras en memoria. No porque quisiera contarlo… sino porque necesitaba entenderlo.
Ver anotacionesEl que era observado
Al principio creyó que era casualidad. Un mal día. Una gaviota molesta. Pero no fue una vez. Ni dos.
Durante semanas, AveFelix fue el único en la zona al que las gaviotas parecían reconocer. No con simpatía. Con hostilidad.
Algunas pasaban volando bajo sobre su cabeza. Otras descendían en picado sin tocarlo, como midiendo la distancia exacta.
No había razón visible. No llevaba comida. No las provocaba. Y sin embargo, los ataques seguían.
En veredasanfelix, esto no se descarta como anécdota. Se documenta como lo que fue: un comportamiento animal anormal, repetido, y dirigido.
Ver archivo de AveFelixEl primero en darse cuenta
No lo dijo al principio. Quizás por prudencia. O porque pensó que era cosa suya. Pero AveFelix lo notó antes que nadie.
Algo en el vuelo de las gaviotas había cambiado. No era su número, ni su sonido, sino la forma en que miraban.
Se detenían cerca de él. Lo seguían desde los tejados. Aparecían donde no las esperaba.
No hubo un ataque al comienzo. Solo presencia. Constante. Como si le recordaran que estaban allí. Observando.
Desde entonces, comenzó a documentarlo. Día a día. En fragmentos. En vídeos. En silencio.
Leer fragmentosEsto no era el final
AveFelix no buscaba respuestas. Solo quería entender. Pero cuando empezó a hablar de lo ocurrido, algo cambió.
Las gaviotas seguían allí. La gente no decía nada. Y en veredasanfelix.com, el archivo empezaba a crecer.
Lo que parecía anecdótico se volvió patrón. Lo que era individual, se convirtió en historia.
Este no es el final del relato. Es el comienzo de un archivo vivo, de un mapa que se dibuja con cada vuelo, con cada silencio, con cada fragmento que aún no hemos publicado.
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